GRACIAS MAMÁ, HOY LO ENTENDÍ Y AUN SIGO ENTENDIENDO.

Publicado en por PERCY ZUTA

Cuando uno quiere expresar algo significativo por un día especial como es el día de la madre, no sé sabe muy bien por dónde empezar porque son muchas las cosas que uno quiere decir y aunque están en mi cabeza de manera desperdigada, sin orden ni concierto, sé que quedará en el aire alguna palabra por decir. Pero como una vez aprendí que todo mensaje inicia y finaliza con un GRACIAS, pues diré: ¡MUCHAS GRACIAS MAMÁ!. Porque me diste la oportunidad de vivir y enseñarme el camino de prosperidad que no es más que, un proceso constante mesclado con sacrificio para intentar algo en la vida. El caso es que me he sentado aquí como siempre en horas de la noche cuando todos duermen para recordar cada día de mi existencia que sin duda tiene tu firma.

Debo imaginar y decir, sin temor a equivocarme, que como toda madre desde que trae un hijo al mundo, intenta por todos los modos hacer las cosas bien, o muy bien, y tienen ese temor a fallarnos, a equivocarse, a dejar pasar cosas importantes o más aun, como toda madre creo, al temor de no poder hacer nada cuando un hijo se le enferma, y ese temor hace que estén siempre al pendiente. Ese temor científicamente se llama ansiedad constante. En todo este tiempo me he puesto a pensar que las mamás viven con la ansiedad mas fuerte, de que la persona más importante de su vida, sus hijos, puedan reprocharles algo que no hicieron, como ellos suelen reprochar a sus padres y me imagino que mis abuelos también a sus padres. Creo que es una cadena que amerita resaltar y es el origen del gran cariño que puede profesar una madre, es decir reaccionar tan favorablemente por un hijo sin condicionante alguno.

Yo; no tendría nada que reprocharle a mi madre, pues desde que tuve eso que llamamos uso de razón, fui consciente que ha vivido muchas cosas duras, que sufrió en muchos aspectos y sé que con nosotros sus hijos tuvo las ganas de hacer algo muy bien, que vio la oportunidad de curar viejas heridas a través de su papel de madre, porque cuando una es madre como fue mi madre, lo mejor que puede ofrecer no son juguetes, ni regalos, ni la mejor ropa, sino su cariño, su tiempo y su amor. Y esto, aunque quede mal decirlo, no todas las mamás (o padres) lo dan del mismo modo. Y digo esto, porque quiero que sepan que el día que no esté (espero sea en un buen tiempo aún), el día que me falte, el día que se vaya, su legado permanecerá en mí para siempre. Sus sabias palabras, su cariño... y también sus imperfecciones. Todo ello ya está en mí, en mis propósitos y objetivos, en mis aprendizajes constantes, en mi vida desde que me levanto (si, ya sé que me dirá toda la vida: ¿tendíste tu cama?), en mi manera de ser, sé que no dudará que serán transmitidos en mi generación futura, para que, en cierto modo, los que vengan, sean un poco mas de quien es ella, como me imagíno yo lo soy de mi abuela y un poco de toda la generación pasada.

Cuantas madres se golpean el pecho, diciendo y culpándose que no son nada especial, que son simplemente mamás, que tratan de hacer lo mejor posible y se pasan la vida equivocándose. Pues a ellas les digo: pueden estar tranquilas, el ser responsables, el dar tanto por sus hijos, y esa constancia de estar pensando en dar un poco más, pues ya alcanzaron la gloria, quítense esa presión, porque para ser una madre perfecta deberían ser una mujer perfecta, y esa mujer no existe. En todo caso también tendrían que tener hijos perfectos, y nadie lo es, porque dicen por ahí que los hijos no vienen a hacer lo que sus padres quieren, sino a ser libres, a darse lecciones de vida, a caer, a levantarse, a experimentar, a socializar, a enfrentarse y crearse sus propios sueños, algo que con toda razón pero sin justificación los padres tratan de imponer.

Mamá; que pasaría si fueras perfecta, tus hijos pretenderían serlo también y al darse cuenta de que no pueden, se sentirán fatales, presionados, dolídos, tristes y reprochados por no cumplir tus expectativas. Es bueno que sepan por ese lado entonces que no lo eres, porque estarás contribuyendo a que tus hijos sean más capaces de ser ellos mismos, a sentirse más queridos y, lo mejor de todo, harás que el cariño sea reciproco.

Así que MAMÁ, hoy en tu día te digo; sigue teniendo el mismo trato, así, como te sale de dentro, y sigue acompañandonos en ese camino tan complicado de ser guía, porque la vida de hoy en día es muy dura y triste, aunque a veces muy dura y feliz. Eso es la mochila que todo hijo debe lleve en su andar, es decir no de regalos caros, de cosas fáciles ni de culpabilidad, si no de emoción que cuando lo abran, vean dedicación, cariño y carácter fuerte, así que si crees que hay cosas que vas a ir mejorando como persona , adelante. Porque todo lo que crezcas como persona será todo lo que yo como hijo me lleve conmigo... ¡MUCHAS GRACIAS MAMÁ!.

UN APRENDIZ DE 80 AÑOS.

GRACIAS MAMÁ, HOY LO ENTENDÍ Y AUN SIGO ENTENDIENDO.
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